A menudo suelen presentarse varias controversias y resistencias que reducen el debate sobre el lenguaje inclusivo al uso de la E, de la @ o de la X y a discutir cuán apropiadas o no se consideran esas formas en los intercambios institucionales. Por empezar, vale aclarar que las modalidades de lenguaje no sexista son múltiples. Además de las ya mencionadas, podemos considerar otras, como el desdoblamiento femenino/masculino o la adopción de las llamadas estructuras de reemplazo sin connotación de género (por ejemplo, hablar de “estudiantado”, “personal docente”, “ciudadanía”, etc.). Lo que tienen en común todas estas modalidades es que parten de la necesidad (y de la decisión política) de desmontar la idea de que el masculino es neutral y universal, y que, por lo tanto, toda la humanidad debería verse representada en él.
A continuación seleccionamos algunas guías, manuales y recomendaciones elaboradas por organismos oficiales para orientar el uso del lenguaje inclusivo en instituciones públicas. ¡Esperamos que resulten de utilidad!