El trabajo recorrido para llegar a la construcción de este presupuesto se basa en la comprensión de que la desigualdad de género es estructural. Las mujeres realizan el 75,7% de las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas y, como consecuencia, enfrentan peores situaciones laborales: tienen mayores niveles de informalidad laboral, de desocupación y ganan menos que los varones. De este modo, se encuentran en peores condiciones a futuro y son más vulnerables a procesos de crisis.
Tener en cuenta estas desigualdades a la hora de formular políticas y asignar recursos es clave para contribuir a una mayor igualdad. El Presupuesto 2021 refleja los esfuerzos presupuestarios para llevar adelante políticas que mejoren esta situación y que transformen algunas de las dimensiones que sostienen las brechas estructurales.